Unas pantallas acústica de cuatro metros de altura y con una longitud total de 140 metros. Esas son las dimensiones de la instalación prevista por la concejalía de Contaminación Acústica para el refugio de perros y gatos de Benimàmet, con el propósito de amortiguar los ruidos por las noches y facilitar así el descanso de los vecinos.
La inversión se estima en 130.000 euros y se «tendrá en cuenta en la dotación presupuestaria del año que viene», según la respuesta de la concejalía que dirige Lourdes Bernal a la edil socialista Isabel Dolz en una reciente comisión municipal.
El grupo del PSPV había pedido que se midiera el ruido tras las quejas vecinales publicadas por este periódico, además de tomar medidas para frenar las molestias. Las pantallas proyectadas se colocarán en las fachadas norte, este y oeste del refugio, la antigua perrera municipal, con las dimensiones citadas y seguramente elaborada con piezas metálicas fonoabsorbentes.
De esta manera se pretenden amortiguar los ruidos causados en parte por la fuerte saturación de las instalaciones, donde los boxes están repletos de animales. Todas las previsiones de ocupación están superadas, pese a que el nivel de adopciones es alto.
Aún así, la asociación Modepran, la entidad protectora que gestiona el centro, no da abasto a la cantidad de perros y gatos que llegan cada día. El abandono ha subido mucho en Valencia estos años, como un efecto añadido de la crisis, pero también porque llegan vecinos de municipios de l'Horta a dejar sus mascotas en las calles de la ciudad. El ayuntamiento sólo autoriza la eutanasia en casos muy excepcionales, al contrario de lo que sucede en otros lugares de la comarca.
Por ese motivo, es frecuente que los operarios de la contrata de la basura encuentren camadas de perros y gatos junto a los contenedores. Saben que Modepran hará lo imposible para encontrar un hogar para estas mascotas.
Las denuncias vecinales llegan de las fincas más cercanas al núcleo zoológico. Por esa razón, en la respuesta dada a Dolz el pasado junio, se habla de que por parte del servicio de Contaminación Acústica «se han llevado a cabo mediciones experimentales de niveles sonoros frente a los números 146 y 162 del camino nuevo de Paterna».
Estas fincas distan 113 y 171 metros respectivamente del refugio de perros y gatos. Todas las mediciones se realizaron de día, sin que se registraran ruidos por encima de lo que fija la normativa. Eso sí, agentes de la Policía Local acudieron en horario nocturno, entre las once de la noche y las siete de la mañana, obteniendo «en los instantes en que se percibían ladridos valores de 67 decibelios, superiores al límite de 45 decibelios establecido».
Esto último, al parece, ha sido lo que ha determinado la adopción de medidas, pese a que de momento no cuentan con presupuesto de las arcas municipales. El ayuntamiento colocó con fondos del Plan Confianza paneles fonoabsorbentes en la V-30, además de hacer algo similar con las verjas de varios colegios, en este caso para impedir que saliera la contaminación acústica.
La saturación de animales se ve agravada por los recortes de fondos que sufre Modepran por parte del ayuntamiento. La entidad recibe 420.000 euros anuales, una cifra insuficiente para atender todos los servicios. Por esta razón, deben hacer llamamientos continuos para atraer voluntarios, tanto para trabajar en las instalaciones como para pasear a los perros.
Además, aceptan donaciones que ayuden a mejorar los recursos del refugio, desde collares de paseo hasta comida o platos para el agua. Cualquier ayuda es bien recibida, sobre todo en periodos como uno registrado hace meses cuando una plaga de moquillo obligó a establecer una cuarentena de todos los perros.
El voluntariado se dedica también a los acogimientos temporales, hasta que los animales son adoptados. Todos los trámites se realizan en el mismo refugio de Benimàmet y los perros se entregan vacunados y con el chip identificativo que establece la normativa.
